6 aspectos indispensables para evitar sustos en compras online

¿A ti también te gustaría que el día tuviese 26 horas? A mi me pasa a veces. Me falta tiempo para hacer todo lo que tenía previsto cada día. Y es que la escasez de tiempo, junto con la comodidad, en ocasiones el precio, y la gran oferta de productos y servicios que encontramos en Internet, ha hecho que la Red se convierta en un enorme mercado global. Por eso me he decidido a escribir este post, porque me he dado cuenta que aunque la sociedad va perdiendo el miedo a las compras online, aún hay muchas personas con reticencias infundadas, que desconocen que actualmente contamos con muchos mecanismos de protección para realizar compras online sin tener ningún problema ni llevarnos sustos.

En mi caso no he tenido nunca un incidente al comprar en Internet, sino todo lo contrario. Para mí representa una fuente de oportunidades. ¡Y me facilita la vida! Eso sí, siempre sigo ciertas normas de seguridad y precaución que voy a compartir contigo. Si en algún momento has dudado hacer una compra a través de Internet por desconfianza, te invito a que sigas leyendo. Verás que todo es más simple, seguro y con garantías de lo que piensas.

Ante todo, considero que lo principal es percibir confianza y garantía por parte de las empresas que venden a través de Internet. En este sentido, seguro que te tranquiliza saber que la legislación contempla derechos y deberes para las empresas de e-commerce, al igual que para un establecimiento físico. Es más, el Gobierno está reforzando la seguridad jurídica en las transacciones a distancia y ha ampliado recientemente la protección para los consumidores con reformas en la Ley para la Defensa de los Consumidores.

Eso por parte de las propias empresas y del amparo legal. Pero además, como te cuento a continuación, hay varias medidas de prevención que yo considero indispensables para evitar sustos si compras por Internet.

Ante todo, la primera medida es emplear siempre tu propio ordenador, Smartphone o Tablet. Evita emplear aquellos ordenadores de cibercafés u otros sitios públicos. Incluso tengo en cuenta otros aspectos, por ejemplo, eliminar las cookies una vez que finalizo la compra (se guardan durante 30 días), cerrar la sesión de usuario, usar contraseñas y mantener actualizado el antivirus, cortafuegos y software.

Te aconsejo también que compruebes la legitimidad del sitio web. Hay algunos sitios que ofrecen productos a unos precios muy bajos, pero no son siempre la mejor opción. Ten sentido común y no te dejes llevar por llamativas “gangas”. Es preferible que escojas páginas web de confianza, que ya conoces o que tienen buenas referencias de otros usuarios. Es muy importante que ofrezcan una dirección física y teléfono de contacto.

Es probable que recurras a foros, redes sociales o comparadores como fuentes de información para conocer la reputación de una tienda online. Es normal, lo hace mucha gente. Pero ojo, ten en cuenta dos cosas: que las propias empresas o los competidores pueden intervenir y manipularlos, y que cada persona tiene un estándar de calidad que puede diferir del tuyo.

Ten cuidado con aquellos correos electrónicos que solicitan información financiera, puede tratarse de phishing, y también con los anuncios que ofrezcan precios desmesuradamente bajos, puesto que pueden esconder un fraude o una ausencia total de calidad, o aquellos que contienen incorrecciones gramaticales y fallos importantes de redacción.

Revisa la Política de Privacidad. Todas las empresas tienen la obligación de informar sobre el tratamiento que van a dar a los datos personales que recogen. Y aunque habitualmente no damos ninguna importancia a este punto y damos “aceptar” sin leer, es importante que mires al menos dónde van a estar registrados tus datos y si los pueden vender a terceros o emplearlos para enviarte publicidad.

Desconfía si no ofrece un servidor de pago seguro. Las páginas web seguras se identifican porque en la barra de direcciones aparece “https://” en lugar de “http://”. Si el pago se realiza con tarjeta de crédito, el sitio web debe emplear las pasarelas de pago que cumplen una serie de requisitos de transparencia, confidencialidad y seguridad reconocidos internacionalmente. La pasarela de pago debe incorporar tecnología SSL (Secure Socket Layer), que permite que la información viaje encriptada (protegida por una clave secreta inaccesible) desde la máquina del comprador hasta el banco o entidad de cobro. Así se impide que el número de tarjeta y los datos personales queden registrados en las bases de datos del comercio, además de evitar que se intercepte el mensaje y se produzcan malos usos por parte de terceros.

Siempre que la tienda permita el pago por paypal, es preferible escoger este método de pago. La transacción a través de paypal está protegida y cifrada y así no tendremos que suministrar datos de nuestra tarjeta de crédito, sólo escribir un usuario y una contraseña.

Otro requisito deseable es que la tienda virtual posea el certificado digital, que permite corroborar la identidad de los responsables de la página. Evidentemente, si cuando te soliciten los datos consideras que parte de la información es innecesaria y/o confidencial, como la contraseña de la tarjeta, lugar de nacimiento o nombres de familiares, ANULA la transacción.

Fíjate en las condiciones de compra y devolución. Busca y lee la letra pequeña para comprobar todas las características del producto o servicio. Asegúrate que el precio que interpretas como final, lo sea realmente, y que incluye todos los impuestos y otros posibles gastos adicionales, como los gastos de envío, de gestión o de cancelación. Si no encuentras la información, pídela, puesto que la empresa está obligada a mostrar sus condiciones de compra en el sitio web o proporcionarlas si se lo pides directamente por mail o teléfono. Ante productos con el mismo precio, acude siempre a los sitios españoles, de la Unión Europea, o que tengan su sede en la UE, puesto que la normativa que rige es una garantía para la resolución de posibles reclamaciones.

Exige la confirmación de la compra y guarda el código de seguimiento. Y finalmente, sigue atento al finalizar el proceso de compra e imprime y/o guarda la confirmación del pedido, puesto que tiene el mismo valor legal que un ticket de compra. Es importante que lo conserves junto con una copia de los términos y condiciones de la venta y de las características del producto hasta que recibas tu compra, compruebes que no hay ningún problema y haya pasado el periodo de prueba. Guarda también el código de seguimiento del transporte de tu producto en cuanto lo tengas, y si no te lo proporcionan, pídeselo a la empresa donde hayas efectuado la compra. Te resultará muy útil ante un retraso o incidencia en el traslado.

En definitiva, espero que estas recomendaciones y consejos te ayuden a comprar por Internet de forma mucho más segura; si las sigues, no tendrás problemas. Y si te ha gustado el artículo, ¡compártelo!.

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