¿Puede la Inteligencia Artificial decidir sobre la vida humana?
La Inteligencia Artificial (IA), como he dicho en otras ocasiones, es uno de los mayores retos para la humanidad. Una combinación de algoritmos creados con el propósito de tener máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano o, al menos, esa es la idea principal. Una tecnología muy presente en nuestros días que va avanzando a una velocidad vertiginosa.
“Si nos preguntáramos cuál es la herramienta más poderosa que ha creado la humanidad, lo normal sería pensar en la energía nuclear o en las computadoras. Pero, a medio plazo, la tecnología más poderosa va a ser la Inteligencia Artificial”.
Mario Lois, Global Head of Artificial Intelligence en GE Women’s Health
Hablaba hace un tiempo sobre los peligros que podría suponer el uso de dicha herramienta sin un control previo. Hace unos días saltaba a la luz una noticia que decía: “El departamento de innovación del ejército de EE. UU. (DARPA) acaba de lanzar un programa llamado ‘In the Moment’ que desarrollará una inteligencia artificial que puede decidir a quién se atiende antes durante las emergencias médicas”.
De alguna forma, ahora los algoritmos y las máquinas van a tener el poder de elegir quién sobrevive ante un problema y quién no. La máquina tendrá la capacidad de tomar decisiones rápidamente en momentos de alto estrés como en guerras o atentados terroristas. La cuestión es: ¿realmente está un robot capacitado para tomar una decisión tan importante que influye en la vida de una persona? ¿Qué determinará a quién se atiende primero?
La idea es que el robot sea capaz de tomar decisiones en situaciones de estrés en las que depende la vida de muchas personas. El encargado de dirigir este proyecto, Matt Turek, asegura que las sugerencias que darán estos algoritmos se basarán en decisiones tomadas previamente por expertos en triage (es decir, el sistema de selección y clasificación de pacientes en los servicios de urgencias, basado en sus necesidades terapéuticas y los recursos disponibles). Y afirma que la Inteligencia Artificial no se verá afectada por el estrés de la situación que le rodea, como ocurre en el caso de los humanos.
Otro de los objetivos con los que cuenta es poder identificar todos los recursos que tienen los hospitales cercanos y la disponibilidad del personal médico.
Con este ejemplo entrarían algunas dudas dado que, por muy entrenada que la Inteligencia Artificial esté, siempre es probable que pueda sufrir algún fallo. Esta herramienta ha llegado para dotarnos de grandes avances en nuestros días, pero no sabes hasta qué punto podría ser útil dejar en manos de un robot la vida de una persona. Un tema tan serio en el que entran factores subjetivos, de los que las máquinas no entienden.
En La Razón planteaban un ejemplo para entender mejor lo que está sucediendo expresando que, en caso de una explosión con víctimas civiles y militares, ¿tendrían los primeros menos prioridad? ¿Qué le enseñamos al robot para que sea capaz de priorizar?
Es cierto que la IA nos permite desarrollar ciertas actividades que serían impensables si no existiera, pero también debemos entender que hay que poner una barrera invisible para que podamos tener presente la ética. Recordemos el caso de Tay, lanzado por Microsoft en 2016, se trataba de un robot conversacional que se nutría de los comentarios en Twitter y de la interacción que tenía con los usuarios. El invento no duró mucho porque se transformó en un bot racista y extremista y era necesario eliminarlo cuanto antes de la red. Como vemos, no todas las creaciones de la Inteligencia Artificial han sido fructíferas en nuestros días.
- ¿Habría que poner límites en la Inteligencia Artificial?
La Inteligencia Artificial es la tecnología con más potencial construida por el ser humano. Es una herramienta que ofrece posibilidades a largo plazo y que nos va a permitir radicalmente nuestras vidas aumentando las capacidades que tenemos. Muchas veces surge la duda de si estas máquinas serán capaces de sustituir al ser humano. José Angel Alonso, director de KPMG Lighthouse, asegura que la IA no va a reemplazar las habilidades humanas porque nuestras células, según expresa, son máquinas inteligentes entrenadas a lo largo de un millón de años.
Es evidente que los robots no pueden suplantar habilidades que tenemos los humanos. Como la empatía, la habilidad de entender a las personas, el liderazgo que permite crecer a los equipos. Tampoco el trabajo en equipo, la creatividad, el genio individual o la inteligencia colectiva. Muchas personas afirman que la IA no será capaz de sustituirnos. Simplemente, nos ayudarán a tomar mejores decisiones y tener un mayor acierto en las elecciones que tomemos. Evitando, en la medida de lo posible, los errores humanos.
Mariano Muñoz, de IE University, hablaba sobre usar esta herramienta cuando no podamos usar otros métodos y estimaba que esta es buena solo cuando es capaz de realizar procesos mejores y más rápidos que nosotros mismos. Sin embargo, se debe tener un cierto control sobre el aprendizaje de estas máquinas ya que son capaces de volverse en tu contra.
Como expliqué en otro artículo, deberíamos entender que si estamos rodeados de una ‘sociedad de agentes artificiales’ tendríamos que pensar en la forma de regular de manera ética las relaciones sociales entre sistemas inteligentes y seres humanos. En un artículo publicado por BCG hablaban sobre la idea de establecer una licencia social para poder operar. Las preocupaciones de las personas sobre esta herramienta abarcan todo el espectro. Es por ello que, las empresas están luchando por poder llegar a un acuerdo de poseer un derecho legal de la IA. De alguna manera serviría para sentar las bases de lo que se puede o no hacer.
En definitiva, aún nos queda un largo camino por correr de la mano de la digitalización. Este proyecto del que os he hablado está todavía en fase inicial y se prevé que hasta dentro de unos años no se utilice. Evidentemente, cuando empiece a dar sus primeros pasos, se tratará de una máquina inteligente completamente, capaz de utilizar los algoritmos correctamente y tomar decisiones importantes. La pregunta es: ¿Habremos llegado, en ese momento, a un acuerdo social? ¿Creéis que es posible que un robot tome decisiones importantes de las que depende la vida humana?
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