
5 Jul 2022

Seguro que todos en el subconsciente tenemos días que nunca hemos compartido, que los hemos vivido internamente, con nosotros mismos y de los que guardamos un precioso recuerdo en nuestro cerebro. Muchas veces decimos que: “los mejores momentos son aquellos de los que no existe una fotografía”. Y es así, ¿cierto? Porque cuando estás viviendo un momento bonito, no tienes tiempo para pensar en nada más que no sea vivirlo de la mejor forma posible. Cuando estás sumergido en una experiencia, que sabes que será un recuerdo increíble, no tienes tiempo para estar pendiente de fotografiarlo, simplemente lo quieres enmarcar en tu memoria.
Seguro que todos en el subconsciente tenemos días que nunca hemos compartido, que los hemos vivido internamente, con nosotros mismos y de los que guardamos un precioso recuerdo en nuestro cerebro. Muchas veces decimos que: “los mejores momentos son aquellos de los que no existe una fotografía”. Y es así, ¿cierto? Porque cuando estás viviendo un momento bonito, no tienes tiempo para pensar en nada más que no sea vivirlo de la mejor forma posible. Cuando estás sumergido en una experiencia, que sabes que será un recuerdo increíble, no tienes tiempo para estar pendiente de fotografiarlo, simplemente lo quieres enmarcar en tu memoria.
La digitalización del entretenimiento ha convertido la sociedad en un colectivo introvertido, solitario y sin herramientas racionales para poder decidir por nosotros mismos qué ver, cuándo y por qué mientras los algoritmos nos persuaden y anestesian nuestra lógica. El móvil es ahora nuestro cerebro.