¿Se debería limitar la publicidad dirigida a niños?
Como padre, me preocupa cómo la publicidad puede influir en mis hijos. Cada vez estamos más expuestos a una gran cantidad de publicidad, sobre todo en Internet, y me preocupa que nuestros hijos sean especialmente vulnerables a las técnicas publicitarias y a su propio contenido. Por ello creo que debería existir regulación más estricta.
La publicidad infantil se refiere a cualquier difusión diseñada para captar la atención de los niños y persuadirlos para que se “encaprichen” por un producto o servicio. En este aspecto, los niños son particularmente vulnerables a la publicidad debido a su falta de experiencia y conocimiento sobre lo que se les presenta.
Además, la publicidad infantil a menudo utiliza técnicas muy persuasivas, como el uso de personajes de dibujos animados o celebridades populares para que los niños se sientan atraídos por los productos, pero, eso sí, sin entender completamente en lo que están interesados y esto es especialmente peligroso.
No obstante, su impacto en los niños a largo plazo preocupa, y mucho. Algunos estudios han sugerido que la publicidad dirigida a niños puede influir en sus hábitos alimenticios y aumentar el riesgo de obesidad infantil y fomentar actitudes materialistas en los más jóvenes y presionarles para que tengan determinados productos para que otros niños les acepten.
Así que creo que se tiene que limitar este tipo de anuncios hacia los más pequeños -y vulnerables. En este aspecto se debería restringir la cantidad y el tipo de anuncios que se les presenta prohibiendo, por ejemplo, a la de alimentos no saludables o aquella que contenga sustancias peligrosas.
Igualmente, también deberían existir leyes que obliguen a los anunciantes a ser más transparentes en el tipo de anuncios que ofrecen y a indicar de forma visible que su publicidad está dirigida a niños, así como proporcionar información detallada sobre los productos que promocionan.
A pesar de la convergencia de los medios y que no sólo a través de la televisión o Internet nuestros hijos consumen publicidad que podría ser dañina, creo que deberíamos trabajar para educarles para ser capaces de resistir las técnicas publicitarias y saber diferenciar, al menos, lo que es saludable de lo que no, porque no todo lo que ocurre en la pequeña pantalla se puede extrapolar a la vida real.
Como padres, tenemos la responsabilidad de asegurarnos de que los niños estén expuestos a publicidad justa y transparente.