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La tecnología ha matado a la razón. ¿Cómo socializarán los niños del futuro?

Siempre se dice que los niños son el futuro de un país. Y es verdad. Pero lo que me preocupa es cómo serán esos güajes, cómo será su día de mañana cuando sean adultos. Los niños ya no nacen con un pan bajo el brazo sino con un teléfono móvil. La tecnología hace la vida más fácil a la sociedad o, al menos, eso es lo que esperamos del desarrollo de esta ciencia aplicada.

En la actualidad, cuando un niño comienza a desarrollar sus habilidades más básicas tiene como referencia algún tipo de dispositivo electrónico que les ayuda durante esa etapa de aprendizaje.

La tecnología ha cambiado la forma en que interactuamos con el mundo y ha revolucionado la forma en que los niños aprenden y se relacionan con los demás. A medida que nos adentramos en un futuro cada vez más digital, es importante reflexionar sobre cómo los niños del futuro socializarán y se educarán en un mundo cada vez más digital.

Hoy en día se fabrican tabletas infantiles, relojes inteligentes adaptados a los niños, pero poco se habla de la temprana adecuación a las nuevas tecnologías a las que estamos forzando a nuestros infantes. ¿No resulta contradictorio que muchos mayores no manejen con soltura los pequeños gadgets y que, sin embargo, proporcionen esos aparatos a los más jóvenes?; ¿si los adultos no controlamos o conocemos algo por qué somos capaces de proporcionárselo a un niño que necesita saber cómo funcionan las cosas para comprender el mundo que le rodea?; ¿cómo sabemos si hacen un buen uso de la tecnología si los adultos, en muchas ocasiones, no somos conscientes de las consecuencias que tiene para ellos ni para nosotros mismos?

Son planteamientos sencillos con consecuencias de gran calado social. Nuestra responsabilidad recae en enseñar, en educar a las nuevas generaciones para que construyan un futuro mejor que el anterior. La evolución implica compromiso con dicho porvenir si queremos que sea viable y acogedor para nuestros descendientes y, en general para toda la sociedad.

Digitalización sin compasión para los niños

En tanto, el marco digital conforma el panorama clave del futuro en el que ahora mismo nos encontramos. Nuestros jóvenes se encuentran en una encrucijada porque aprenden más rápido y se adaptan mejor que los adultos al nuevo entorno digital en el que todos convivimos.

Sin embargo, los mayores, en ocasiones, no comprende(mos)n ese entorno o su necesidad por conectar con ese ambiente y muchas veces no somos capaces de guiarles.

Las nuevas tecnologías han cambiado nuestra forma de educar y esta transformación se refleja en las habilidades comunicativas tradicionales que, cada día, están más obsoletas.

Sin ir más lejos, la mayor parte del ocio se encuentra digitalizado dejando de lado la comunicación convencional. Este es uno de los principales problemas, la comunicación verbal. Nos hemos convertido en esclavos tecnológicos y esta cultura digital se la estamos inculcando a nuestros pequeños sin que nos demos cuenta, además de modificar nuestro comportamiento con el entorno que nos rodea. Ahí reside el peligro. Si nosotros no somos capaces de gestionar las tendencias digitales, al menos, debemos enseñar a los más pequeños a autorregular sus vidas al compás de ellas porque, si no lo hacemos, los únicos responsables seremos nosotros, los adultos.

Mientras, la socialización es un aspecto crucial del desarrollo infantil, ya que permite a los niños aprender a interactuar con los demás y desarrollar habilidades sociales importantes como la empatía, la comunicación y la resolución de conflictos. Con la creciente popularidad de las redes sociales y otras tecnologías de comunicación digital, muchos se preguntan si los niños del futuro serán capaces de desarrollar estas habilidades de manera efectiva.

Afortunadamente, existen varias formas en que la tecnología se puede utili para fomentar la socialización de los niños del futuro. En el ámbito educativo, por ejemplo, las herramientas digitales pueden ser utilizadas para conectar a los niños con otros estudiantes de todo el mundo, permitiéndoles trabajar juntos en proyectos significativos para que desarrollan habilidades colaborativas y comunicativas importantes.

Además, las tecnologías de realidad virtual y aumentada (RV; RA) pueden utilizarse para crear entornos de aprendizaje interactivos y envolventes, permitiendo a los niños interactuar con el mundo de una manera completamente nueva e inmersiva.

En el ámbito de las relaciones sociales, las redes sociales, junto con otras herramientas de comunicación pueden usarse para mantener conexiones significativas con amigos y familiares a pesar de la distancia geográfica como estamos haciendo actualmente. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas herramientas no deben ser vistas como un reemplazo de las interacciones cara a cara.

Es importante que los padres y educadores enseñen a los niños cómo utilizar la tecnología de manera responsable y equilibrada, y que se aseguren de que los niños tengan la oportunidad de interactuar y socializar en persona con sus compañeros, amigos y, en general, con el entorno que les rodea.

En conclusión, es importante tener en cuenta que la tecnología puede ser una herramienta poderosa y útil, pero también puede tener efectos negativos en nuestra capacidad para pensar críticamente, establecer relaciones significativas y comunicarnos de manera efectiva. Por ello, es importante explorar estos temas con cuidado y considerar cómo podemos asegurarnos de que los niños del futuro desarrollen habilidades sociales saludables y mantengan conexiones reales con los demás en un mundo cada vez más digital.

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