Un año más, uno menos. Da igual
Ya está. Ha pasado lo que tenía que pasar -una vez más- después del desastre de la Ley del Sólo Sí es Sí. Estará contenta Irene Montero y su séquito porque un miembro de La Manada ha conseguido reducir su pena un año.
El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) ha rebajado un año la condena a Ángel Boza, por lo que su pena se reduce de 15 a 14 años. Cabe recordar que el caso de La Manada es el más sonoro por la gravedad de lo sucedido y por el revuelo mediático y social que causó en su día y que todavía se ve reflejado en nuestra sociedad. Pero existen otros muchos casos en los que las víctimas han tenido que soportar cómo sus agresores se beneficiaban de una ley nefasta y dañina sin que ello fuera noticia, más allá de una mera cifra.
Aún así y a pesar de que se siguen rebajando penas y excarcelando a reos, más de 100 van ya desde octubre de 2022, se va a cumplir un año de este enjambre de ley y nadie, repito, nadie ha dimitido por ello. De hecho, muestran con orgullo la necesidad de tal disposición y se amparan en que es necesaria su aplicación, pero que los jueces no saben cómo hacerlo -de chiste, vamos. ¿Hasta dónde llegarán las consecuencias del sectarismo de Irene Montero?
Lo que más rabia me da es que esta señorita se escuda en que la culpa la siguen teniendo los jueces y juezas de España que, según ella, no saben aplicar la ley. Según Montero, exclusivamente la culpa de esta rebaja en concreto la tiene el TSJN. Ella, por supuesto, no asume ningún compromiso más allá de promulgar por tierra, mar y aire que siente el dolor de las víctimas. Se está riendo en la cara de todos, pero sobre todo y por encima de todo, de ellas.
Yo me pregunto cómo puede tener tan poca vergüenza. Sí. Poca vergüenza de impulsar una ley que atenta contra quien hay que defender y de observar pasivamente cómo machaca precisamente aquello que desea proteger -las víctimas.
No logro entender cómo para esta gente un año más o uno menos de cárcel les da igual.