El Big Data, un sector en sí mismo
¿Te acuerdas del disquete? ¿Esas carcasas de plástico cuadradas, de color generalmente negro, que contenían en su interior un disco magnético de almacenamiento?. Fue uno de los primeros soportes de almacenamiento que manejamos en la década de los 80-90. Empezaron con una capacidad de 100, 200, 300 y 700 KB, y los últimos y mejores, ya a finales de los años 90, llegaron a proporcionar una capacidad de 200 MB. ¡200 MB! Y hoy somos capaces de guardar gigas y más gigas de fotos, documentos y películas en pequeños dispositivos del tamaño de un dedal.
Es llamativo lo rápido que evoluciona la tecnología, tanto en el aumento de capacidad de almacenamiento como en la reducción de los diferentes dispositivos. Del mismo modo, también es sorprendente la velocidad con la que se generan nuevos datos en el mundo. Cada hora, cada minuto, ¡y cada segundo!.
Porque cada día creamos trillones de bytes de datos –y aclaro: un trillón es 10 elevado a la 18ª potencia, es decir, un 1 seguido de 18 ceros- que vienen de todas partes, mensajes y fotos que personas de todo el mundo están volcando a través de las redes sociales, videos en diferentes plataformas, datos personales, registros de operaciones de compras, localizaciones GPS… Y lo más impactante es el crecimiento exponencial del volumen de datos que se está registrando en los últimos años. Este fenómeno ha dado lugar a un nuevo concepto que últimamente oímos sin cesar: el Big Data. Personalmente me recuerda al astronómico número de estrellas y galaxias que los expertos estiman que existen en el Universo. Pero ¿Sabemos exactamente lo que significa, implica y puede proporcionarnos el Big Data?
En cuanto a lo que significa, el Big Data es un término inglés que designa los conjuntos de datos de gran tamaño, generalmente complejos y desestructurados, y que se caracterizan por su volumen, velocidad y variedad.
Volumen, porque el Big Data viene en una sola talla, la XXL. Estamos hablando de terabytes – unidad de almacenamiento que equivale a 1012 bytes: 1.000.000.000.000 de bytes – y petabytes -que equivale a 1015bytes-, lo que implica que los datos nos desbordan, nos inundan. La velocidad hace referencia a la rapidez de generación de datos y a la vida útil de los mismos, pues de nada sirve coleccionar información que no está actualizada; y la variedad describe el número de tipos diferentes de datos, que comprenden desde archivos de audio, texto y video, hasta conversaciones, consultas en motores de búsquedas o incluso clics.
El Big Data supone una gran oportunidad para la inversión e incluso para la creación de puestos de trabajo de calidad. No estamos hablando de una posible tendencia ni de una corriente de estrategia empresarial futura, sino de una realidad que ya está generando una nueva revolución industrial a nivel mundial.
Según la consultora estadounidense Gartner, especializada en tecnologías de la información, el próximo año Big Data creará 4,4 millones de empleos en todo el mundo. En la misma línea, el informe Big Data, Big Impact: New Possibilities for International Development realizado por el World Economic Forum, señala que los datos son un activo económico comparable a las divisas de oro. Y podría citar varios informes más de entidades de prestigio que apuntan en la misma dirección.
Las empresas que sean capaces de realizar un análisis del Big Data, capturar analizar y explotar eficazmente esta ingente cantidad de datos, mejorarán su competitividad y productividad. Las preferencias de los consumidores varían con frecuencia y hay que estar atentos para proporcionarles lo que demandan en cada momento si queremos mantener la relevancia y competitividad de nuestro negocio.
Mientras que hasta ahora nos centrábamos en conocer lo que los usuarios comentaban de las marcas en foros, páginas y redes sociales, la investigación se abre ahora al análisis del propio consumidor, lo que se conoce como Consumer Centered Monitoring. Conocer mejor a los públicos objetivos, sus hábitos, hobbies, preferencias, patrones de comportamientos, etc., permite a empresas e instituciones dirigir los mensajes de forma más eficiente, lo que contribuye a aumentar el número de clientes, pero también a fidelizarles y mejorar la imagen de marca, porque el Big Data optimiza la estrategia de las empresas y mejora la customer experience.
¿Por qué se habla tanto del Big Data pero en realidad las compañías no lo han asumido como parte de su estrategia?
Principalmente, por cuatro razones: primero por la infraestructura y capacidad tecnológica que requiere, segundo por ser un campo muy reciente y tercero, por la ausencia de formación en este área empresarial. Como consecuencia nos encontramos con escasez de expertos que puedan extraer e interpretar estos datos y transformarlos en información práctica y útil para la toma de decisiones de negocio. Por cierto, que ya se habla de estos perfiles bajo el nombre de “científicos de datos”, quienes deben tener una buena base de conocimientos informáticos, de matemáticas y estadística, además de formación empresarial, en marketing, tecnología y negocio.
Y además de necesitar sistemas tecnológicos e informáticos con una capacidad que soporte el procesamiento y análisis de datos complejos y el personal adecuado, tenemos que contar con el cuarto motivo: la resistencia al cambio de las organizaciones.
Para quien el Big Data le proporcione vértigo, puede comenzar con el Small Data. Esta alternativa supone aterrizar los objetivos del Big Data, emplear parte de esos datos, a una escala más pequeña, sencilla, manejable y práctica, y así obtener beneficios del análisis de datos y encontrar oportunidades de negocio. Como el CRM de cualquier empresa, pero empleando Internet como fuente de información.
Si te lanzas con el Small Data, te recomiendo que antes de nada hagas un pequeño estudio de tu negocio, para que el análisis que hagas esté centrado en los datos y métricas que realmente te resultarán útiles. Parece una obviedad, pero a veces nos perdemos recogiendo y ordenando datos que en realidad no nos aportan una información significativa y de valor. Filtra los datos más relevantes que necesitas para tu negocio, identifica las métricas específicas que te ayudarán realmente a acercarte más a tu público objetivo y a aumentar ventas, usa herramientas de análisis para monitorizar tus campañas de marketing en Internet y concretar sus resultados, e integra los datos más relevantes y significativos de tu análisis con tu campaña de marketing para crear un engagement con tus consumidores. Te ayudará también contar con profesionales expertos en lenguajes de programación que puedan desarrollar aplicaciones y sistemas adecuados para manipular Big Data.
Otro aspecto que hay que tener en cuenta pero a veces se olvida es entender exactamente lo que significan esos datos. ¿Están interpretados o sólo recogidos y ordenados? Si no entendemos lo que nos muestran los informes, de nada nos sirve. Asegúrate de que los resultados de los análisis se muestren de forma visual –ayuda mucho, créeme- , y que aparezcan claramente las conclusiones. Sólo así te facilitará la toma de decisiones y podrás aplicarlo en tus tareas diarias.
En tu caso, ¿Te has atrevido ya con el Small Data? ¿Cuándo crees que el análisis del Big Data formará parte de las empresas en general? ¿O crees que sólo serán consultoras especializadas quienes ofrezcan este servicio a compañías e instituciones?
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