¿España derrocha mucha agua?
España se enfrenta a una paradoja en lo que respecta al agua. Por un lado, es un país con una rica tradición de cultivo, una gastronomía basada en productos frescos y una cultura que celebra la vida alrededor de las fuentes y los ríos. pero, por otro, la sequía amenaza sus ecosistemas más preciados, como Doñana y, más recientemente, la región de Cataluña.
Doñana, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es un humedal emblemático en el suroeste de España. Sin embargo, su supervivencia está en juego debido a la falta de agua. Las lagunas se evaporan, y el subsuelo está seco. Es una “sequía a cámara lenta”, como la describe Juanjo Carmona, coordinador de Doñana del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en el medio El Español , donde asegura que en 2020, «se declararon tres de los cinco acuíferos de Doñana como sobreexplotados, y las balsas de agua de La Rocina, Almonte y Marismas están en riesgo de no alcanzar el buen estado» . La subsistencia de este enclave natural depende de medidas urgentes, como el trasvase de agua para atender las demandas de riego de los agricultores locales y también de evitar el derroche de agua ilegal a través de riegos y balsas no autorizadas.
Por otro lado, en Cataluña la sequía también aprieta. Casi 500 municipios están en situación de alerta debido al consumo limitado de agua, a pesar de las últimas lluvias de este mes de marzo que alivian poco a poco esta situación. La región ha declarado la emergencia por sequía. La falta de precipitaciones y la sobreexplotación de los recursos hídricos han dejado a Cataluña sedienta.
¿Por qué derrochamos agua?
La respuesta no es sencilla, pero la falta de conciencia sobre este recurso impide que veamos la importancia de cuidar cada gota que consumimos para evitar su derroche. Algunas causas incluyen:
- Agricultura intensiva: España es uno de los mayores productores de frutas y hortalizas de Europa. Sin embargo, la agricultura intensiva consume enormes cantidades de agua. La modernización de los sistemas de riego es esencial para reducir el derroche.
- Turismo y urbanización: las zonas turísticas y las ciudades costeras requieren grandes cantidades de agua para satisfacer las necesidades de los visitantes y residentes. la urbanización descontrolada también contribuye al problema.
- Falta de conciencia: muchos españoles no somos conscientes de la importancia del agua. Abrir el grifo y verla fluir nos hace olvidar su escasez.
¿Qué podemos hacer?
- Educación y concienciación: debemos enseñar a las generaciones futuras sobre la importancia del agua y cómo usarla de manera sostenible.
- Tecnología y gestión eficiente: la inversión en tecnologías de riego más eficientes y la gestión adecuada de los recursos hídricos son cruciales.
- Políticas y regulación: necesitamos leyes que promuevan el uso responsable del agua y sancionen el derroche.
- Salinizadoras: a pesar de que España cuenta con este tipo de plataformas, estas requieren mucha energía para ser efectivas. De todas maneras, es una opción muy interesante para suplir la falta de lluvias o nieve y evitar las sequías extremas.
En última instancia, España debe encontrar un equilibrio entre la necesidad de consumirla a la par que preservarla. La paradoja del agua no puede resolverse solo con palabras; requiere acciones concretas para garantizar un futuro sostenible.