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¿Afecta la tecnología a nuestro pensamiento crítico?

La tecnología está en todas partes, la veamos o no. Ahora, los niños y los adultos pasamos más horas de las que debiéramos frente a las pantallas, y no precisamente consumiendo contenido de calidad. La tecnología nos ha traído ventajas extraordinarias. Sin embargo, estamos tan abrumados por este tipo de avances que nuestro pensamiento crítico y capacidad para analizar y evaluar la información de manera objetiva está en decadencia.

El pensamiento crítico es una habilidad importante que nos permite analizar información de manera objetiva, cuestionar suposiciones y llegar a conclusiones informadas. Pero al depender en exceso de la tecnología para informarnos, estamos disminuyendo nuestra capacidad para analizar aquello que leemos o escuchamos de manera independiente.

Sin ir más lejos, los motores de búsqueda y las redes sociales nos proporcionan una gran cantidad de información, pero no siempre es precisa o imparcial. Si confiamos demasiado en la tecnología para obtener información, podemos perder nuestra capacidad para discernir entre lo que es verdadero y lo que no lo es, si no aplicamos además nuestro pensamiento crítico o, al menos, una mirada reflexiva que nos permita ver más allá de la primera capa de información.

¿Cómo podemos asegurarnos de que los niños desarrollen un pensamiento crítico a pesar del uso de la tecnología?

Si la tecnología afecta a la manera de pensar de los adultos, a los niños también porque están expuestos desde una edad cada vez más temprana. La Academia Americana de Pediatría estima que el tiempo ideal de exposición de los más pequeños es de 3 a 5 años sólo una hora al día y de 6 a 18, 2 horas al día. Límites que rara vez se cumplen. También advierten de que los menores de 12 años no deben tener teléfonos móviles.

Si las directrices anteriores no se cumplen y si no se enseña a los niños y adolescentes a pensar de manera crítica desde que empiezan a tener contacto con la tecnología, estos niños podrían tener problemas en un futuro para adquirir un pensamiento crítico acorde a su desarrollo. Y no sólo eso, los niños que pasan demasiado tiempo frente a las pantallas podrían tener problemas de concentración.

Pero, ¿cómo podemos asegurarnos de que los niños desarrollen habilidades importantes de pensamiento crítico a pesar del uso de la tecnología? Pues principalmente a través de la educación. Los padres y los colegios deben enseñar las habilidades básicas para defenderse ante el imparable auge de la tecnología para cualquier consulta o trámite en Internet, y en la vida cotidiana en la que no haga falta Internet, aunque esto es casi imposible hoy en día. Para ello, se les debe enseñar a buscar información de varias fuentes y valorar el tipo de información al que acceden y por qué; también a verificar la congruencia de lo que tienen delante. Además, los adultos también deben fomentar el pensamiento crítico en otras áreas, como el análisis de textos, la resolución de problemas o el trabajo en equipo.

Otra forma de fomentar el pensamiento crítico en los niños es limitar su tiempo frente a las pantallas, como indica el estudio del principio. De todas maneras, la tecnología es una herramienta valiosa pero, a pesar de ello, es importante que los niños pasen tiempo interactuando con el mundo real y, sobre todo, con otras personas.

¿Qué opinas? ¿Crees que la tecnología está afectando nuestra capacidad para pensar críticamente?

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