Las opas “arabizan” la energía en España
La arabización de la energía está en marcha. Bueno, en realidad lleva ya décadas en marcha, pero ahora los reyes de Oriente son mucho más directos. En economía parece que este 2025 la palabra de moda es “opa”. Desde el año 2023, las ofensivas extranjeras por hacerse con la propiedad de las energéticas españolas no ha cesado.
España es uno de los países que lideran la transición energética en Europa. Nuestro país es líder en energía renovable solar y eólica. Estas dos fuentes de energía superan el 50% de toda la energía que producimos. Es en este punto donde este sector juega un papel importante para el futuro de España y de Europa.
Nuestra energía abastece millones y millones de hogares dentro y fuera de España. El sur de Europa llama la atención y los países árabes están al tanto de todos nuestros movimientos y de nuestro potencial como productor y exportador.
Tanto es así que Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Qatar han reactivado el interés por el sector energético de España, sobre todo en las fuentes eólicas y solares. Son varias ya las compañías de Oriente que han mostrado excesivo acercamiento en empresas como Iberdrola, adquiriendo acciones para dejar latente su apuesta por la energía española. En este aspecto, el hidrógeno verde y la energía marina son también los objetivos de los países árabes como parte de su estrategia y diversificación de la economía para favorecer la transición energética de la que nadie, ningún país puede escapar.
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La arabización de la energía española
Este 2025 se está notando más que nunca el interés de los países árabes en la energía renovable de España. Ellos necesitan una vía de escape del petróleo y España es el camino verde para quitarse de encima el “San Benito” de países productores y exportadores de energías no renovables y contaminantes.
No obstante, el hecho de que empresas de gran calado global como Masdar y Qatar Investment Authority (QIA) se fijen en España, nos posiciona como líderes hacia un futuro sostenible según el nuevo orden mundial de las renovables, mientras se generan a su vez empleos relacionados con este sector.
Pero no todo es color de rosas. El abultado número de acciones que han conseguido los países árabes preocupa entre las compañías nacionales precisamente por la posible pérdida de ese control en este sector clave para España si poco a poco compañías extranjeras se hacen con su dominio a través de inversiones capitales.
Ahora mismo, Naturgy es la empresa española que está en el punto de mira de Oriente. La empresa nacional de energía líder en Abu Dhabi, Taqa, ha puesto mucho interés en Naturgy para meterse dentro del consejo de accionistas y QIA ya es uno de los principales dueños capitales de la “española” Iberdrola. El plan de arabización continúa por el potencial estratégico de España gracias al sol y al viento.
A pesar de que esta arabización parece catastrófica para el posicionamiento de España en el sector energético, no lo es tanto. La verdad es que la apuesta de compañías árabes por el mercado de la energía en España es una buena noticia porque refuerza el equilibrio financiero y el potencial internacional de nuestras compañías. Del mismo modo, este empuje accionarial seguro que nos puede ayudar a impulsar la apuesta definitiva por las energías renovables. Estas fuentes son el futuro, nos guste o no nos guste y si un país extranjero desea apostar por nuestro país para impulsar el desarrollo en el que España puede estar a la vanguardia, ¿por qué les vamos a decir que no?
No obstante, ¿qué ocurriría si el control estratégico del sector energético español pasara completamente a manos extranjeras? ¿Sería España capaz de mantener su liderazgo en energías renovables bajo estas condiciones? ¿Podría esto derivar en tensiones políticas o económicas entre los países árabes y Europa?
¿Un futuro bajo control extranjero?
Sí los países árabes logran controlar todo el mercado energético español, es decir, conseguir el máximo de participaciones en acciones posibles, tendrían la posibilidad de influir de manera directa en la estrategia operativa y en la fijación de los precios de la energía lo que conllevaría directamente hacia un problema en España y su soberanía energética. ¿Estarían entonces los consumidores españoles pagando el precio de un control extranjero, tanto económicamente como estratégicamente?
Para empezar, como consecuencias económicas en España, no se generaría ningún ingreso proveniente de la energía y devendría en una pérdida de inversión en infraestructuras en proyectos nacionales. Además, las decisiones del Consejo de Administración, al estar controladas por mayoría extranjera se priorizarían ganancias extranjeras en vez de las estatales con el consiguiente perjuicio para España, al mismo tiempo que nuestro país se quedaría sin capacidad operativa a la hora de afrontar crisis de carácter internacional y relacionadas con el mercado energético.
Del mismo modo, si las empresas árabes se hacen con la mayor parte de la energía española el empleo se precarizaría pues primaría el ahorro de costes.
En el plano internacional, las relaciones diplomáticas se resentirían, sobre todo con Rusia y Estados Unidos, ya que son países exportadores de energía y tensarían seriamente las consultas tácticas por el alineamiento estratégico de empresas de Oriente y los socios comerciales de España podrían pegarnos un toque de atención.
La opa de Taqa a Naturgy
Parece que las opas están de moda y no sólo en el sector bancario. La energética de Emiratos, Taqa, ha lanzado una opa contra Naturgy de las que quiere hacer con un 29,9% del accionariado, para posteriormente adquirir la energética española un 10% de sus mismas acciones previamente compradas por Taqa. Este 10% de recompra esta sustentando por el Gobierno español para reorganizar el consejo de administración.
Esta operación recuerda mucho a la que lanzó STC con Telefónica hace unos meses y en la que la compañía española cedió el 9,97% para hacerse con un consejero dentro de la cúpula. Con Taqa está pasando lo mismo, pero con el sector energético.
La posición en el mercado de Naturgy es sobresaliente porque cuenta con un plan estratégico centrado en la transición energética gracias a inversiones de casi 9.000 millones de euros en energías renovables. Esta posición es la que ha atraído a inversores extranjeros con el beneplácito de los accionistas principales de Naturgy y del Gobierno Español.
A pesar de la oferta tan jugosa de la energética emiratí, el accionariado principal ha dado por buena esta oferta, pero siempre condicionado todo a esta operación. Es decir, proteger a la compañía porque saben que gracias a la entrada de Taqa en Naturgy, esta mantendrá la estabilidad y el valor en bolsa.
No obstante, el Gobierno de España aprueba también esta adquisición extranjera, pero quieren mantener el control estratégico de las energéticas nacionales y por eso aceptan la compra del 29,9% y no del 30% si hubiera sido así por la imposibilidad de tener mayoría accionarial en una empresa nacional y de interés estratégico como Naturgy.
¿Qué motiva a la energía árabe a invertir en empresas españolas?
Las razones que motivan este interés son varias. La más importante es para diversificar su economía y reducir la dependencia excesiva hacia los hidrocarburos, es decir, el petróleo, que es una energía no renovable y altamente contaminante.
En este aspecto, España cuenta con un entorno muy favorable para la explotación de los recursos de la energía solar y eólica por su posicionamiento geográfico que es imprescindible para liderar mercados clave con proyectos estratégicos europeos basados en las energías renovables.
España, país de recursos renovables estratégicos
España, por su posición en el mapa es clave tanto en importaciones como en exportaciones energéticas. La diversificación de fuentes de energía y la infraestructura española hacen que lidere la transición hacia energías limpias e impulse la descarbonización de Europa, haciendo de España un hub energético competente sobre todo si queremos ser menos dependientes del gas de Rusia. Recordemos que compramos mucho gas a los rusos, y España es el país líder en Gas Natural Licuado (GNL)
Para mitigar precisamente la dependencia del gas ruso, las inversiones extranjeras con una gran aportación de capital en empresas clave son fundamentales para el mercado energético español y europeo porque fortalecen los acuerdos internacionales.
Cabe destacar que España sería capaz de producir casi 3.000.000 de toneladas de hidrógeno de aquí a 2030 aprovechando las infraestructuras gasistas ya existentes.
¿Estamos vendiendo nuestra soberanía energética? ¿Podrían estos acuerdos con los países árabes vulnerar el control estratégico de Europa sobre sus recursos energéticos?