El reto de la competitividad #infografía
Andrés Macario. La economía mundial está saliendo por fin del bache de la crisis y comienza a fortalecerse. El Producto Interior Bruto mundial ha experimentado una aceleración del crecimiento de un 3,5 por ciento en 2017. A pesar de este progreso económico, el diseño de políticas se complica al enfrentarse a retos como la desigualdad o la incertidumbre que genera el cambio tecnológico y al objetivo de situar el bienestar humano como objetivo central de las políticas. Para lograr bienestar es necesario partir del crecimiento económico y para ello un país necesita ser competitivo.
El informe “The Global Competitiveness Report 2017/2018” de World Economic Forum analiza los principales factores y detractores de la competitividad de 137 países, y lo hace mediante la elaboración de un índice que mide la competitividad basándose en varios pilares que definen ésta. Además de pilares como las infraestructuras o las instituciones, también encontramos tecnología e innovación. Actualmente, Suiza encabeza el ranking como país más competitivo.
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La competitividad desde una perspectiva global
En 2008 tuvo lugar la conocida “Gran Recesión”, una crisis económica que comenzó en Estados Unidos y se propagó azotando a todo el globo. Casi una década después, la economía mundial parece recuperarse y empieza a coger velocidad en el ritmo de crecimiento. A pesar de las mejoras económicas que se están sucediendo, los legisladores creen que este progreso es más cíclico que estructural, y aún tienen dudas sobre cómo hacer que este crecimiento sea sostenido y a largo plazo.
En la actualidad gira un debate acerca del crecimiento económico. La sociedad actual cree que el concepto de crecimiento económico debería rediseñarse, y no ser visto como un fin en sí mismo, sino como un medio por el cual podamos alcanzar un objetivo más humano y social: el bienestar de la sociedad. Indudablemente, ser competitivo es una condición indispensable para crecer, y crecer es necesario para alcanzar un buen nivel de bienestar. World Economic Forum ha creado un índice que analiza la competitividad de un país, desglosándolo en varios subíndices que miden aspectos como las infraestructuras, las instituciones, el entorno macroeconómico, la tecnología y la innovación. Estos conceptos afectan directamente a la eficiencia y a la productividad, principales condicionantes de la competitividad.
Los problemas que afectan a la competitividad
Una preocupación generalizada en muchos países es la desaceleración de la productividad, tanto en los mercados avanzados como en los emergentes. Según el World Economic Forum, una explicación de esto puede ser la forma de medir la productividad. Tradicionalmente, esta variable se ha medido en relación al Producto Interior Bruto, pero en la actualidad esto no tiene mucho sentido, pues el PIB solo contabiliza el valor de la producción final, y existen muchos servicios, sobre todo servicios digitales, que aportan valor real pero que no están contabilizados en el PIB, como los canales de valor generados en redes sociales o los motores de búsqueda web. Este tipo de servicios son muy difíciles de medir, y eso hace que se subestime el crecimiento de la productividad.
Otro problema es la desigualdad. En las últimas décadas la desigualdad entre países ha disminuido. Esto ha ocurrido debido a que los países desarrollados se han estancado en su crecimiento y los emergentes han seguido creciendo, lo que se ha llamado “la gran convergencia”. Aun así, la desigualdad interior de los países ha aumentado, sobre todo apareciendo en forma de discrepancias regionales entre áreas. Es importante que las políticas se tomen dirigidas a garantizar el desarrollo inclusivo y el crecimiento general.
Infografía con los retos de la competitividad
A continuación presento una infografía con los retos de la competitividad basada en el informe del WEF.
La tecnología como pilar para la competitividad
Estamos viviendo una Cuarta Revolución Industrial. Las tecnologías tienen mucho potencial para ser fuente de crecimiento y para conducir a transformaciones estructurales significativas que beneficien a la sociedad. La inteligencia artificial y el big data están expandiendo la frontera tecnológica.
No obstante, la tecnología puede ser considerada como un arma de doble filo. Por una parte, al transformar los procesos de fabricación, la tecnología va a provocar cambios en los modelos de trabajo. Existe mucha incertidumbre sobre el futuro de la mano de obra intensiva en fabricación. Por otra parte, aunque muchos trabajos queden destruidos, también se van a crear otros muchos tipos de trabajo nuevos. La tecnología también está provocando una polarización del trabajo, cayendo los empleos de mediana calificación, y creciendo los de baja y alta, según indica el citado informe.
En la elaboración del Índice de Competitividad Global, la disposición tecnológica se considera un pilar decisor a la hora de evaluar la competitividad de un país. Para definir el concepto se tienen en cuenta la disponibilidad de últimas tecnologías, la absorción de tecnología a nivel empresarial, el porcentaje de población que usa internet, la inversión extranjera directa y las transferencias de tecnología.
La disposición tecnológica se evalúa sobre 7 puntos. España ha obtenido una nota de 5.7 y ocupa la posición 28 en un ranking de 137 países. Es una buena posición y se encuentra en un nivel parecido en comparación al resto de Europa y Norte América.
La capacidad de innovación
Se está hablando del impacto económico de la llamada ola actual de la innovación, pero aun así la innovación es un concepto difícil de medir. En teoría, la innovación afecta de manera positiva a la competitividad y a la productividad, pero actualmente no parece haber demasiada relación. Word Economic Forum encuentra dos razones que podrían explicar este hecho: una es que los sistemas económicos necesitan cierto tiempo para adaptarse a las innovaciones y para que estas empiecen a mostrar significativas ventajas, como ocurrió con la electrificación, que solo empezó a mostrar mejoras en la productividad cuando se incorporaron innovaciones complementarias como la reorganización de las líneas de producción. Otra de las razones explicativas es la subestimación de la productividad debido a su contabilización en relación al PIB.
Para medir el potencial de la innovación como pilar hacia la competitividad de un país se considera la capacidad para la innovación, la calidad de las instituciones de investigación científica, el gasto en I+D de las empresas, las solicitudes de patentes, la colaboración industria-universidad en I+D, las adquisiciones gubernamentales de productos de tecnología avanzada y la disponibilidad de científicos e ingenieros.
En innovación, España está bastante por detrás de la media de países de Europa y Norte América. Se encuentra en el puesto 42 del ranking y tiene una puntuación de 3,7 sobre 7. La insuficiente capacidad de innovación es uno de los principales problemas de España, y nos afecta a la hora de ser elegidos para hacer negocios.
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