El Internet de las Cosas replantea nuestra cotidianeidad
El Internet de las cosas (IoT) es una tecnología que ha transformado cómo interactuamos con los objetos en nuestro día a día. Es importante destacar que el IoT ha creado un ecosistema de dispositivos interconectados que se comunican entre sí de donde se pueden crear soluciones innovadoras que mejoran nuestra calidad de vida, como por ejemplo las bombillas inteligentes que regulan la intensidad de las luces de una vivienda o una puerta con cerraduras electrónicas.
Otro ejemplo de cómo el IoT está transformando los quehaceres diarios es el uso de wearables, que a día de hoy pasan casi desapercibidos, como los relojes inteligentes o incluso las gafas inteligentes. Estos dispositivos se conectan a nuestra red doméstica y nos permiten monitorear nuestra actividad física, nuestra frecuencia cardíaca e incluso nuestro sueño, como ocurre como con las pulseras y, gracias a esta información, podemos mejorar nuestros hábitos de salud y prevenir enfermedades.
Conectividad e inmediatez: las características fundamentales del Internet de las Cosas
Pero el IoT no solo se trata de objetos interconectados con nuestra vivienda, sino que también existen otros que lo están directamente a Internet, como los sensores de temperatura o los sistemas de seguridad de un hogar. Estos dispositivos nos permiten obtener información en tiempo real de nuestro hogar y nos alertan si hay algún problema, como una fuga de gas o un robo.
De igual forma, en el IoT también se engloban los asistentes virtuales como Alexa o Google Home que nos permiten controlar la iluminación, la calefacción o la televisión con simples comandos de voz o desde nuestro móvil. Además, también nos pueden proporcionar la información meteorológica actual o configurar temporizadores.
Así que el IoT está modificando por completo nuestra disposición y actitud en este ecosistema wearables. Al fin y al cabo, esta tecnología nos permite llevar una vida más dinámica, acomodada y ágil, es decir, una vida Smart.
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