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Los wearables venden tu estilo de vida sin darte cuenta

La tecnología ha evolucionado a pasos agigantados, y una de las áreas donde más se ha notado su impacto ha sido en la salud. Los wearables son una de las tecnologías más innovadoras que se han desarrollado para mejorar la calidad de vida de las personas y prevenir enfermedades. Pero, ¿confiamos demasiado en esos aparatos?

Los wearables son aparatos electrónicos que se llevan puestos en el cuerpo, como relojes inteligentes, pulseras de actividad, además de otros dispositivos que se pueden conectar a Internet. Las funciones principales de estos aparatos es que pueden medir diferentes parámetros del cuerpo, como la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la temperatura corporal, la actividad física y el sueño.

Los principales beneficios de los wearables es que se usan para monitorear la salud en tiempo real y ayudar a las personas a prevenir problemas de salud graves. Por ejemplo, si un reloj inteligente detecta que la frecuencia cardíaca de una persona está por encima de lo normal, puede enviar una alerta para que el usuario acuda al médico de manera preventiva.

Además, los wearables también se usan para ayudar a las personas a mantenerse activas y en forma porque muchos de estos dispositivos incluyen características de seguimiento de la actividad física, que ayuda a los usuarios a establecer objetivos de actividad diaria y hacer un seguimiento de su progreso. Esto puede ser bastante útil para aquellas personas sedentarias y necesitan motivación adicional para mantenerse activos.

¿Confiamos demasiado en estos wearables?

No obstante, a pesar de todo lo que estos aparatos nos ofrecen, no somos conscientes de la cantidad de detalles íntimos sobre nuestra salud que regalamos cuando los utilizamos, además de las Apps necesarias para monitorizar determinadas actividades, y el rastreo de información que conlleva su uso. También los datos sobre el sueño. Cada vez que nos vamos a dormir con una de estas pulseras estamos cediendo sin recelo información sobre la cantidad y la calidad de nuestro sueño u otros datos médicos como la frecuencia cardíaca o la saturación de oxígeno.

A menudo no somos conscientes de la magnitud de nuestros datos y de cómo las grandes corporaciones responsables pueden obtenerlos, incluso de forma anónima. Estos datos pueden incluir información aparentemente insignificante, como el número de horas que hemos dormido o nuestra frecuencia cardíaca, que, combinados con nuestra ubicación, si está disponible, pueden convertirse en una combinación peligrosa de datos personales que los clientes no saben cómo se usarán respecto a su estilo de vida.

Por último, es importante recordar que estos dispositivos son herramientas que ayudan a auto conocerse y no deben utilizarse como un reemplazo completo de la asistencia sanitaria, sino como una pequeña guía y ayuda para entender nuestros pasos día a día.

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