Análisis de la industria en España
Andrés Macario. Históricamente el sector industrial ha tenido una gran importancia para las economías de los países en todo el mundo. El efecto arrastre que ejerce sobre otros subsectores posibilita el desarrollo y crecimiento de amplias zonas geográficas. Además, en términos generales, la industria suele generar empleo estable y de calidad, ya que la mayoría de actividades productivas tienen una tendencia constante, sin apenas estacionalidad. Asimismo, las empresas industriales tienen una gran capacidad para introducir innovaciones punteras en pro de mejorar su productividad y por consiguiente influir en la sociedad de diferentes maneras. No obstante, en las últimas décadas hemos asistido a una disminución de la importancia de la industria en los países más avanzados debido, principalmente, a la deslocalización de los procesos de producción hacia otros territorios y a la externalización de algunos servicios.
Según el informe de la CEOE, “La industria, motor de crecimiento”, la importancia que tiene la actividad industrial en España ha aumentado progresivamente desde los mínimos del periodo 2009-2012, llegando a representar en la actualidad el 14% del PIB nacional. En lo que se refiere al empleo, más de 2 millones de individuos trabajan en la industria manufacturera y en un 90% de los casos están en jornada completa, siendo este dato muy superior a la media de otros sectores de nuestro país. En el ámbito de la tecnología y la innovación cabe destacar que 4 de cada 10 empresas españolas que invierten en I+D pertenecen al sector industrial.
Contenidos de este artículo
El papel económico de la industria española
El sector industrial juega un papel fundamental en las economías de los países, ya que tiene la capacidad de influir en la actividad de otros sectores relacionados y mejorar la competitividad nacional en el largo plazo. En España la industria aporta el 14% del PIB, pero en las últimas décadas ha perdido peso como en el resto de los países avanzados, siendo la deslocalización y la externalización de servicios causantes de esta pérdida de importancia. En nuestro país se ha venido aumentando el presupuesto destinado a la subcontratación llegando a superar los 70 mil millones de euros para el conjunto de las empresas del sector. El valor generado por la industria tiene repercusión sobre el resto del tejido productivo, ya que es necesario cubrir los llamados consumos intermedios. Concretamente, por cada euro producido por el sector industrial, se estima que el resto del tejido productivo dependiente ingresa una media de 77 céntimos. Por ejemplo, cuando la demanda final del sector manufacturero aumenta un euro, el valor de la producción del conjunto de la economía se incrementa en 3,11 euros.
Sobre el empleo aportado por las manufactureras se observa una tendencia decreciente en los principales países de la Eurozona. En el caso de España, el porcentaje de trabajo generado por la industria se acerca al 11% del total, siendo este casi la mitad que el dato obtenido hace 20 años. El empleo del sector industrial se caracteriza por aportar una mayor estabilidad y continuidad en términos generales, ya que, según los datos, más del 60% de los trabajadores dedicados a la industria lleva 6 años o más en la misma empresa. En este sentido, cabe destacar que 8 de cada 10 asalariados en el sector industrial tienen un contrato indefinido, siendo esto dato superior a lo que sucede en otros sectores donde la temporalidad es más habitual. El tipo de jornada utilizada es la completa en más del 90% de los contratos y la remuneración media es superior a las de otros sectores de la economía española.
Industria 4.0 en España
La industria española juega un papel fundamental en la inversión en innovación que se realiza en el conjunto del país. Concretamente, 4 de cada 10 empresas que invierten en innovación están enmarcadas en el sector industrial. Si analizamos la situación dentro del sector industrial vemos como el 13,6% de las empresas invierte en I+D, en comparación con el 5,3% que encontramos en otros sectores. En un futuro próximo se prevé que Internet llegue a mimetizarse con la actividad industrial gracias a la transformación digital. Es necesario que las empresas del sector consideren como uno de sus objetivos principales la digitalización de los procesos industriales, llegando al ámbito del diseño y creación de nuevos productos, el mantenimiento de las infraestructuras, así como los canales de venta y comunicación con sus clientes.
España pretende convertirse en un referente a nivel europeo y latinoamericano en la modernización de la industria, combinando para ello acciones de digitalización con otras de tipo ambiental o social donde la colaboración público-privada es fundamental. En este sentido, la estrategia “Industria Conectada 4.0”, del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, persigue abordar la transformación digital en el sector industrial español. En primer lugar, se busca incrementar el valor añadido y el empleo cualificado, adaptando el modelo español a la industria del futuro. Después se pretende potenciar la implantación de soluciones digitales en las pymes, para mejorar la situación de la oferta local. Asimismo, también se trabaja en el desarrollo de palancas competitivas para impulsar las exportaciones.
Infografía sobre el análisis de la industria en España
A continuación presento una infografía sobre la industria en España basada en el informe de la CEOE.
Desafíos para el sector industrial español
El sector industrial considera que su futuro pasa por abordar de una manera adecuada una serie de aspectos clave. Primeramente, es necesario que el precio de la energía sea más competitivo en comparación con otros países de Europa y del mundo, así como desarrollar nuevas infraestructuras en materia de transporte. También se busca que desde las instituciones públicas se promueva la internacionalización de las empresas españolas y la inversión en innovación, desarrollo tecnológico y digitalización de las empresas industriales.
Sobre el marco regulatorio, desde el propio sector industrial se pide un encuadre jurídico que proteja los principios de unidad de mercado y evite la inseguridad. Asimismo, se destaca que, en muchas ocasiones, existe una sobrerregulación en el ámbito industrial, por lo que hay que trabajar para mejorar la eficacia y la eficiencia de las normas actuales y futuras. En materia fiscal es fundamental lograr la coordinación entre el Estado y las Comunidades Autónomas para evitar la disminución de competitividad en las empresas y la duplicidad en los impuestos. Finalmente, también se demanda que la normativa sobre medio ambiente no sitúe a la industria española en situación de desventaja competitiva y que se lleve a cabo una apuesta clara por la economía circular.
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