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Bono térmico Social: ¿Para todos, para nadie?…

Suma y sigue. Estaréis al tanto de la polémica sobre el Bono Social Térmico, que es una ayuda para compensar los gastos derivados del consumo de calefacción o agua caliente para las familias más desfavorecidas. Bien, pues resulta que, en los últimos días, se ha conocido que dos personas relacionadas con la política, que aparentemente no tienen necesidad de recibir esta ayuda directa, la han cobrado. Ahora la pregunta es: ¿cómo se ajustan los requisitos y quién se responsabiliza sobre el reparto equitativo?

No nos dan descanso estos políticos… Más bien, quebraderos de cabeza que son incomprensibles. El Bono Social Térmico cobrado por Enrique Ossorio y presuntamente por el marido de la líder de Más Madrid, Mónica García, ha dejado en evidencia la pésima gestión del Gobierno, que ejecuta leyes y bonos sociales como si fueran meros parches para quitarse un problema encima.

La forma en la que se ha ejecutado este bono pone en entredicho la poca preparación de la clase política porque, tal y como exigen los requisitos que han aprovechado tanto Ossorio como García, cualquier familia numerosa puede pedir dicho bono sin importar los ingresos que reciba la unidad familiar. Esto quiere decir que lo cobrarán las familias numerosas que generen, por ejemplo, 70.000 euros anuales o las que reciban 20.000.

Este traspié al ejecutar la ayuda, aflora dos cosas. La primera es la hipocresía de la izquierda que pide la dimisión de Ossorio por falta de “ética pública” cuando el marido de la misma persona que exige depurar responsabilidades también es beneficiario del bono en cuestión. Y la segunda es que la forma en la que se aplican las ayudas en España es un chiste de muy mal gusto. Me refiero a que parece que hacen todo para salir del paso y quedar bien de cara a la galería, es decir, de cara a los ciudadanos, que son de quiénes se supone que deben preocuparse porque en ello consiste su trabajo, aunque poco lo demuestren, como es en este caso.

No se puede acusar a alguien de falta de ética social cuando su propio derecho como ciudadano le permite beneficiarse de una ayuda que está mal planteada desde el Gobierno. Por tanto, no están haciendo más que echar balones fuera, como siempre, y culpar al ciudadano o al primer político que les dé una oportunidad para escurrir el bulto de sus propios errores. Siempre ven la paja en el ojo ajeno y me estoy cansando porque los ciudadanos no tenemos la culpa, como intentan hacer creer, de la mala gestión de los de arriba, aunque se empeñen en ello y nos responsabilicen de su mala praxis política.

Los líderes políticos utilizan a menudo tácticas de distracción para dirigir la atención pública hacia temas menos importantes y así evitar enfocarse en los problemas críticos que enfrenta la sociedad. Esta estrategia puede hacer que la población se sienta manipulada y que su capacidad de comprensión de los asuntos públicos se vea limitada. Por tanto, es importante que las personas estén informadas y críticas para poder discernir entre lo verdaderamente relevante y lo que se utiliza para distraerlas. De lo contrario, corremos el riesgo de ser manejados como un rebaño poco leído que se mueve fácilmente según las agendas de los otros.

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