Grado de madurez digital de las empresas en España
Andrés Macario. Las empresas del siglo XXI están inmersas en un proceso de adaptación a las nuevas tecnologías que está cambiando la manera en la que se relacionan con los clientes, así como también las interacciones que se producen dentro de la propia organización. La implementación de los nuevos paradigmas digitales dentro de una empresa puede influir notoriamente en el éxito de la misma en el medio y largo plazo, ya que el mundo actual está inmerso en el ecosistema online que exige estar conectado en todo momento.
La situación de las empresas en España es inquietante e incita a la acción. Según un estudio de Íncipy e Inesdi, en colaboración con la consultora nPeople, las empresas en España no alcanzan aún el aprobado en transformación digital, con una nota media de 3,7 sobre 10 puntos. En concreto, tres de cada cuatro organizaciones estarían situadas en un estadio básico o inicial, con un plan de actuación digital muy simple y poco implementado en la actualidad. Únicamente un cuatro por ciento de las empresas encuestadas están en los niveles más elevados y se sitúan entre las más avanzadas, innovadoras y transformadoras.
El estudio “Índice de Madurez Digital de las Empresas”, que fue presentado la semana pasada en el Centro de Innovación del BBVA de Madrid, persigue conocer el estadio actual y grado de madurez digital de las empresas en España a través de 14 indicadores clave que han agrupado en cuatro grandes bloques temáticos: visión, cultura y liderazgo; personas, clientes y negocio digital. En palabras de Joana Sánchez, Presidenta de Íncipy e Inesdi, «nuestro propósito con este índice es que pueda ser un estándar en el mercado y que permita a cada organización autoevaluarse». Mireia Ranera, Vicepresidenta y Directora Digital HR en Íncipy, señala que «queda un largo camino por recorrer para llegar a un nivel de digitalización adecuado en las empresas de nuestro país».
Cabe aclarar que el estudio sondeó las opiniones de los directivos con responsabilidad media-alta dentro de las empresas, los cuales son principalmente directores o gerentes, mandos intermedios y, en menor número, los llamados digital manager. Las cuestiones giraron en torno a los indicadores establecidos para conocer el grado de transformación digital de una empresa, con referencia a la visión general de la organización, la formación de los trabajadores, la relación con los clientes y la cuota de negocio que se obtiene de manera online.
A continuación adjunto una infografía que he elaborado basada en el estudio “Índice de Madurez Digital de las Empresas”, de Íncipy e Inesdi, cuyas conclusiones se resumen más abajo.
Contenidos de este artículo
Visión, cultura y liderazgo: la motivación interna para la transformación digital
La visión general que tienen las empresas sobre ellas mismas es un tanto pesimista, ya que la mayoría reconoce que aún no destina el presupuesto suficiente para llevar a cabo la transformación digital. En este sentido, cabe destacar que más de la mitad de las empresas en España no tiene establecida una hoja de ruta digital como tal, lo cual evidencia la existencia de un bajo grado de digitalización en términos generales.
Ahora, si nos centramos en las empresas que están inmersas en un proceso de transformación digital, vemos como cuatro de cada diez aún se encuentran en una fase meramente inicial, lo cual indica que están en un proceso de digitalización muy simple. Además, cabe destacar que menos de la mitad de las empresas con un plan de transformación digital afirma estar siguiendo una estrategia formalizada en el medio y largo plazo. Asimismo, solo un tercio de las organizaciones tiene un responsable senior como gestor del plan de transformación digital.
En lo que se refiere al dinero que dedican las empresas para temas de transformación digital vemos como no se cumple la relación entre presupuesto y grado de implementación del plan de acción digital. Viendo los datos, casi seis de cada diez empresas destinan la décima parte de su presupuesto a la transformación digital, pudiéndose considerar esta cifra, no como insuficiente sino, principalmente, como ineficiente en la asignación de recursos.
Las personas, clave en la madurez digital de la empresa
Para llevar a cabo un buen proceso de transformación digital es fundamental disponer de un equipo de personas que estén involucradas activamente con el mismo. Esto se puede conseguir con formación, nuevas herramientas en red, canales de comunicación interna actualizados y digitalización de los procesos principales. Sobre estos aspectos se podría decir que el grado de madurez digital de las empresas en España es medio-bajo, ya que, más de la mitad de los directivos encuestados desconoce cuál es el nivel de formación y habilidades digitales que poseen sus empleados y apenas la quinta parte de ellos cree que la mitad de la plantilla tiene unos conocimientos digitales adecuados.
Al hablar de la comunicación interna, la mayoría de los directivos exponen que sus empresas tienen un grado de madurez digital medio-bajo y, además, un uno de cada diez afirma que su empresa tendría la mínima nota en este aspecto. Estos datos ponen en evidencia la realidad de la mayoría de las empresas de nuestro país, las cuales tienen un plan de comunicación interna basado en procedimientos casi obsoletos o están llevando a cabo una estrategia digital muy básica. Por ello, no es de extrañar que más de la mitad de los directivos considere necesario desarrollar herramientas colaborativas digitales dentro de la empresa en el corto y medio plazo.
Los clientes en el centro de la madurez digital
El cliente es un actor fundamental para la puesta en marcha con éxito de un plan de transformación digital dentro de una empresa. El cliente puede valorar de manera externa los esfuerzos llevados a cabo para conseguir el objetivo. Además, con la implementación de las nuevas herramientas de comunicación digitales, se logra aumentar la satisfacción general del usuario final, lo cual es siempre de vital importancia. En este sentido, tan solo el doce por ciento de las empresas encuestadas cuentan con una estrategia integral digital centrada en el cliente.
Aunque se reconozca la importancia que tienen los clientes en cualquier relación empresarial, en la actualidad la quinta parte de los entrevistados aun no emplea ninguna metodología ni canal digital para relacionarse con ellos. Asimismo, menos del treinta por ciento de las empresas sigue una estrategia digital de marca, lo cual evidencia la falta de apuesta online en términos generales.
Por otro lado, la mayoría de las empresas que sí que llevan a cabo acciones digitales lo hace con una dispersión absoluta y sin seguir un plan integral establecido. Estos datos evidencian que no se están implementando de manera efectiva las nuevas tecnologías en las relaciones con los clientes. Esto queda constatado por nueve de cada diez empresas que tiene como uno de los objetivos principales mejorar en los canales de comunicación digitales para, de esta manera, potenciar la escucha, la conversación y la vinculación con sus usuarios.
Negocio digital en las empresas españolas
El mundo digital está lleno de nuevas posibilidades para las empresas debido a que ofrece multitud de herramientas que permiten llevar a cabo nuevas líneas de negocio o reinventar las ya existentes. El mundo online permite identificar nuevas oportunidades, globalizar la oferta y la demanda, para lograr dar salida a nuevas ideas innovadoras que hagan más sencilla y directa la actividad empresarial.
Sobre este aspecto se podría decir que las empresas en España todavía no han apostado de manera decidida por la transformación digital de sus modelos de negocio, ya que algo más de la tercera parte de las organizaciones ha implementado de manera muy primitiva acciones en entornos digitales. Para justificar esto se suele argumentar que menos de la quinta parte de su negocio procede de internet, por lo que no se considera del todo primordial centrarse en ello.
Sirvan los datos de este informe como acicate para fomentar la aplicación de planes de acción digital para aumentar la presencia online y situarse en posición de identificar nuevas oportunidades de negocio en la economía pujante.