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No despreciemos la inversión extranjera en Telefónica

Hoy Telefónica está en boca de todos, y no es para menos. Arabia Saudí ha adquirido casi el 10% de las acciones del gigante español. Concretamente el 9,9 % y por una cantidad que supera los 2.000 millones de euros que ha desembolsado Saudí Telecom (STC Group). Pero, ¡tranquilidad! Sólo se trata del 9,9%. Un porcentaje relativamente escueto, y bajo el que no se les permite controlar Telefónica.

Para impedir el control extranjero a empresas españolas, desde el año de la pandemia, el Gobierno de Sánchez sacó una ley -casi de carácter intervencionista- llamada Ley antiopas a través de la cuál el Gobierno puede impedir aquellas operaciones que sobrepasen el 10% del capital. Todo esto, en plena pandemia pudo llegar a ser comprensible dada la debilidad del mercado. Pero ¿ahora? ¿qué sentido tiene mantener esta ley?
Parece que España no se deja querer por el capital extranjero. Más bien lo ahuyenta con unas rancias leyes que dificultan la inversión exterior y permiten que la confianza internacional en el mercado español se tambalee.

Me da la sensación de que, en España, desde hace meses, no somos libres. La libertad económica que necesitamos se encuentra entre la espada y la pared cuestionada por unos políticos incapaces de tener una visión más allá del cortoplacismo que los atañe al puesto.
Las Telecomunicaciones es uno de los sectores más estratégicos de nuestro país y España no está en condiciones de menospreciar capital extranjero. Es evidente que, como en toda operación de estas características, se debe valorar qué impacto económico inmediato y posterior tendrá este tipo de operaciones.

No obstante, este Gobierno tiene la mente tan nublada y nos quieren llevar por el sendero de la gloria que acaban haciéndolo por el de la amargura. Están tan obsesionados con controlar y aniquilar la privatización que no son capaces de comprender los beneficios de una inversión de tal calibre como la de Telefónica porque se piensan que va a ser pan para hoy y hambre para mañana cuando lo que permite esta inversión extranjera es mejorar las condiciones de la empresa y de los trabajadores.

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