¿Te pondrías ropa “smart” o inteligente?
La rapidez con la que la tecnología se ha infiltrado en cada rincón de nuestras vidas es innegable. Desde relojes inteligentes hasta zapatillas conectadas, la ropa smart no es simplemente una fantasía de ciencia ficción, sino una realidad cada vez más presente en nuestro día a día.
En lo personal, la idea de que mi ropa esté conectada a internet o tenga capacidades más allá de vestirme, al principio me provocó cierto rechazo a pesar de la comodidad y las funciones útiles incorporadas en tipo de prendas. Aunque, si bien es cierto, no es una idea tan mala usar ropa smart si tenemos en cuenta la comodidad que nos otorga gracias a la interconectividad e inmediatez que permiten estos nuevos tejidos.
Imagina poder llevar en un clima relativamente frío un abrigo (ya está a la venta) que ajusta automáticamente su temperatura según las condiciones climáticas o unas zapatillas que rastrean tus pasos y ofrecen sugerencias para mejorar tu salud física, como la zancada que debes dar o el ritmo al que debes caminar, así como los kilómetros. Estas características no son lujos, sino soluciones tangibles a problemas y planteamientos diarios.
La ropa smart, al integrar tecnología “innovadora” (a pesar de que innovador es en sí el producto, no la tecnología que lo sustenta) de manera funcional, podría convertirse en una herramienta eficaz para mejorar nuestra calidad de vida, anteponiendo la comodidad, como, por ejemplo, ocurre con la ropa deportiva que integra en los tejidos contador de calorías, ritmo cardíaco y demás niveles que se suelen medir cuando se hace deporte. Sin embargo, ¿a costa de qué usamos estos tejidos? ¿Estamos dispuestos a permitir que nuestra ropa recopile datos sobre nuestra actividad diaria, patrones de sueño o incluso ubicación? Contadme qué opináis sobre esa cuestión en los comentarios.
La moda también influye en la elección de la ropa «smart»
Por otro lado y dejando a un lado, valga la redundancia, el lado menos agradable de la ropa smart, la moda siempre ha existido como una forma de expresión personal. Es por ello que todavía, al no existir un arraigo en la sociedad sobre este tipo de prendas de vestir, es complicado que se genere un interés repentino, influyente y duradero sobre la ropa smart. Más aún cuando la privacidad y la seguridad de las conexiones a Internet de nuestros dispositivos están en entredicho por la recopilación de información que las aplicaciones y páginas de Internet hacen sobre nosotros.
Todavía es pronto, pero la ropa smart o inteligente copará nuestros armarios tarde o temprano. Solo es cuestión de tiempo y costumbre que la tecnología se apodere de cada tejido que tengamos en nuestra casa.