La creatividad hace fácil lo difícil
El presente se acerca al futuro a una vertiginosa velocidad. Hoy por hoy, somos máquinas homogéneas que si descarrilamos no sabemos dónde lo hemos hecho, tampoco cómo recuperarnos del susto.
El pensamiento creativo ha tomado la salida equivocada y se ha homogeneizado entre el resto de corrientes pensantes. De este incidente aislado deriva una capacidad casi obsoleta arraigada en nuestra sociedad: la creatividad. Esta palabra tan sencilla de entender pero tan difícil de ejecutar trae por la calle de la amargura a quien intenta recomponerse de una fuga tan abrupta como involuntaria.
Tanto es así que ya casi no nos paramos a reflexionar, comentar, curiosear. Es, precisamente, la curiosidad la clave para acercarse al pensamiento creativo, pues este no debe asimilarse como un problema ante su ausencia sino como la solución del mismo.
Es en este punto en el que me planteo la carencia de herramientas cognitivas que nos permitan avanzar hacia un futuro donde nosotros, las personas, nos paremos tan solo un momento a plantearnos quiénes somos, qué queremos, hacia dónde vamos – y de dónde venimos, nunca se debe olvidar – y, sobre todo, por qué. No podemos avanzar con nuestras vidas ni alcanzar el nirvana creativo sin conocernos, sin hacernos preguntas. En definitiva, sin cuestionarnos nuestra propia existencia.
Las corrientes pensantes que abundan a nuestro alrededor son baladís y la única solución para recomponernos del descarrilamiento es que cada individuo reflexione, recapacite qué le ha hecho bifurcarse en la dirección equivocada, a no ser que se quiera ser como el resto de mortales: simples máquinas automatizadas. Ahora mismo la sociedad se encuentra perdida y desorientada. ¿Cómo podemos entonces encontrar el norte?
Así pues, la creatividad se compone de imaginación e intelecto. El pensamiento creativo es el sello que nos distingue de la automatización, es como una expresión artística inherente a las capacidades intelectuales del ser humano. Desarrollamos nuevas ideas y conceptos gracias a nuestro ingenio y las ponemos en marcha.»
Cuando nos salimos de las vías enseguida intentamos buscar un desenlace a nuestro problema, pero la verdad es que cada reparación varía en gran medida de una persona a otra. Entonces, ¿qué solución es la más adecuada para enderezar nuestra máquina tras salirnos del trazado?
LA CREATIVIDAD ES LO QUE NOS DIFERENCIA EN UNA SOCIEDAD INTERCONECTADA
El pensamiento creativo necesita entrenamiento constante. Howard Gardner es psicólogo, investigador y profesor en la Universidad de Harvard. Formuló la teoría de las inteligencias múltiples y relacionó los tipos de inteligencia con las capacidades creativas de las personas. Gardner establece que una persona es ingeniosa en un área o ámbito particular y aboga por un “estilo de vida” regular que satisfaga las necesidades colectivas a través del ingenio individualizado.
Asimismo, es importarte estimular esta peculiaridad de nuestro cerebro puesto que el ingenio es el único método que nos permite afrontar nuevas situaciones con buenos resultados, buscar soluciones a problemas, desarrollar nuevos conceptos y emplear el 100% de las capacidades humanas que permitan a la sociedad prever las consecuencias de la incertidumbre.
Este tipo de pensamiento ha sido el pilar fundamental de nuestra adaptación al entorno tradicional y digital. Nos ha permitido avanzar y evolucionar como especie. En un mundo globalizado y robotizado en el que usamos máquinas en cualquier situación, la creatividad es el motor que diferencia a las personas en una sociedad interconectada. Somos únicos e iguales a la vez. Somos convergentes de nuestra propia existencia. Somos humanos.
No obstante, cada persona debe adaptar su personalidad a las capacidades intelectuales en las que mejor se desenvuelva para que las corrientes pensantes olviden la hegemonía por un instante y consigan enderezar sus contratiempos.
Nos encontramos entonces ante un proceso de adaptación ingenioso que, al final, es una evolución de las aptitudes y actitudes del ser humano en la sociedad que permite una adecuación plena y liviana al entorno para forjar, de la mejor manera, un futuro sostenible.
Al final, si forzamos la máquina y no la estimulamos, esta acabará en el desguace. Recordad que salirse del camino no es un problema si identificamos y confiamos en nuestras capacidades porque se trata de hacer fácil lo difícil y eso se consigue con un pensamiento crítico y creativo.
La creatividad es una necesidad imperativa para avanzar en armonía con nuestro presente, sin olvidar el pasado y con la visión puesta en el futuro. Ya sabéis, si descarrilan pensad que la creatividad es el mejor recuso del que disponéis. Por ello reflexionad y, sobre todo, actuad.
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