Digitalización para el crecimiento de España
Andrés Macario. El grado de digitalización de un país, además de mejorar la productividad, permite lograr beneficios sociales y reducir la desigualdad. España cuenta con fortalezas digitales como el uso de las redes de banda ancha, pero aún le queda mucho por avanzar. La digitalización para el crecimiento de España ha de integrar todos los sectores de la economía, el liderazgo digital y una buena estrategia estatal.
Según el estudio “Plan Digital 2020, la digitalización de la sociedad española”, realizado por la CEOE, en el que me he basado, España está mejorando gracias a algunas de sus fortalezas como las TICs en las empresas, pero aún cuenta con debilidades como el hecho de que tan solo el 52% de los españoles posee competencias digitales básicas.
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Posición competitiva y digitalización
La posición competitiva de España con respecto a países de Europa cuenta aún con un interesante recorrido de mejora, tanto en términos de digitalización como del propio Producto Interior Bruto. De hecho, según el citado informe, una mejora digital podría hacer crecer nuestro PIB. La CEOE propone un extenso conjunto de medidas que, si se implantan, podrán hacer mejorar esa competitividad española: incrementar la digitalización en un diez por ciento para el año 2020, aumentaría el PIB en 35.000 millones de euros. El empleo también crecería en un 1,3 por ciento.
El enfoque de las propuestas es que “todo lo que se pueda digitalizar se digitalizará”. Para que España ocupe una buena posición en los rankings de 2020 y consiga adaptarse al nuevo paradigma mundial, debe avanzar en varias líneas la digitalización. El sistema educativo ha de promover el aprendizaje de competencias digitales. La Administración Pública deberá ser cien por cien electrónica para entonces y toda entidad -incluidas las corporaciones locales-, deberá tener un plan de digitalización. Ha de desarrollarse el derecho digital con un marco normativo actualizado al nuevo contexto tecnológico. Las tecnologías tienen que estar en consonancia con la protección del medioambiente, contribuyendo a la innovación sostenible. Se debe invertir en la demanda, fomentando la alfabetización digital de los ciudadanos. La sanidad, el transporte, la industria, los seguros, el comercio… todo sector debe incluir el pensamiento digital en sus maneras de actuar, o quedará obsoleto.
Hay que señalar que para lograr esta mejora será necesario evitar que alguna región quede al margen. Un país que quiera digitalizarse debe hacer un estudio exhaustivo para poder identificar sus debilidades y fortalezas, es decir, saber qué factores pueden conducir al éxito digital de un país y cuales, al contrario, llevarlo al fracaso.
Infografía sobre la digitalización para el crecimiento
A continuación presento una infografía basada en el informe de la CEOE sobre facilitadores e inhibidores de la digitalización que propician el crecimiento en España.
Facilitadores de la digitalización
Para que España llegue al grado de digitalización deseada es necesario que se centre en potenciar el uso y la mejora de muchos factores.
Las redes de banda ancha ya son de uso generalizado en España. Son el medio principal para transportar la información y la base principal de una Sociedad Digital. Estas redes son un punto fuerte de nuestra competitividad y su presencia está en casi todos los hogares con el creciente uso de fibra óptica. Pero aún queda mucho potencial digital por aprovechar por parte de las empresas y familias.
El Cloud Computing o “computación en la nube” es el servicio tecnológico que busca tener información y aplicaciones en internet para eliminar la limitación de nuestros dispositivos. Es necesario contar con infraestructuras adecuadas. Muchas empresas lo están usando para adoptar nuevos modelos de negocio. Es importante que las Administraciones Públicas se impliquen en la adopción de este modelo.
En el ámbito de la industria, los robots, los drones, las impresoras 3D y la inteligencia artificial están permitiendo reformar de manera impensable el sistema de producción. Los Servicios de Ubicación son una revolución de la gestión territorial, el Blockchain lo es para los servicios financieros, y el Internet de las Cosas para cada actividad rutinaria que hacemos día a día.
Para lograr mejorar el uso de todos estos factores, es necesario que se sigan desarrollando nuevos dispositivos, pues son el vector que nos permite gestionar los recursos digitales. Se estima que en 2020 puede llegar a haber hasta 50.000 millones de dispositivos conectados en todos los ámbitos, incluyendo la industria y la smart city. El big data también es esencial para permitir el uso de toda la información.
Inhibidores de la digitalización
A pesar de que todo apunta a una nueva forma de vida completamente digitalizada, existen también factores que pueden frenar y retrasar el proceso. La tecnología está evolucionando muy rápido y para la sociedad es complicado adaptarse al cambio. La tradición puede suponer una barrera cultural muy grande, anteponiéndose a la flexibilidad y adaptabilidad que acompañan a la evolución digital. Para hacer que sea más fácil la transición de las personas hacia la sociedad digital, es importante que se incentive la formación específica en capacitación digital, propiciando la adaptación a los nuevos perfiles laborales. Por parte de las empresas, a veces es complicado actualizar los sistemas organizativos de producción que les han funcionado en el pasado (soluciones históricas o legacy) al entorno digital.
También existen aquellos que no confían del todo en un mundo tan hiperconectado, por lo que es importante hacer hincapié en el desarrollo de la seguridad digital o ciberseguridad, para hacer que a las personas les resulten fiables las transacciones de datos en la red. La regulación actual a veces puede suponer una traba al cambio tecnológico. El concepto “Smart regulation” defiende una regulación más eficiente, de calidad más que de cantidad, que siga de cerca a las sucesivas innovaciones, que permita la estabilidad a largo plazo y que se pueda revisar continuamente para no resultar arcaica.
Factores que mejoran la posición competitiva
Centrándonos en el ámbito empresarial, podemos percibir la diferenciación comparando las mejoras de las empresas digitales con respecto de las tradicionales. En una empresa digital, el pensamiento digital se aplica de manera generalizada: en los procesos de producción, de gestión, de servicio al cliente… Se trata de optimizar todo procedimiento. Las redes de contacto con los clientes, proveedores y empleados también están integradas de manera digital.
En cuanto a la organización, una empresa tradicional está estructurada de manera jerárquica, mientras que una empresa digital fomenta una forma de ordenación más plana, en búsqueda de innovación y agilidad. En el terreno de la innovación, es importante eliminar la idea de “islas de innovación” que se refiere a sistemas cerrados. Se debe apostar por la innovación abierta, creando ecosistemas digitales que permitan conectar a todos los actores de la empresa y faciliten las sinergias. La innovación, además, debe apoyarse en información sobre sus clientes y ofrecerles los servicios más acertados. La tecnología ya no busca solo la eficiencia, sino que, acompañada de la innovación, busca nuevas oportunidades de negocio y nuevas formas de hacer las cosas. El papel de las pymes, los emprendedores y las startups se vuelve muy importante.
Hoy en día y a nivel mundial, todavía hay sectores en los que el nivel de digitalización es muy bajo. Las Administraciones Públicas, aunque sí que están empezando a insertar las nuevas tecnologías a muchos servicios públicos, aún tienen mucho por recorrer, pues en general los gobiernos y los sistemas de salud no llegan a un 10 por ciento de digitalización. En cabeza está el sector de las TIC, que lidera la digitalización con mucha diferencia. Los servicios financieros, la industria y la producción de petróleo están digitalizándose cada vez más.
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