Cruzando el túnel (por fin)

El AVE ya está en Asturias, mejor dicho. Aunque tampoco debería llamarse AVE a secas porque hay tramos en los que no se alcanzan las velocidades óptimas que caracterizan a la Alta Velocidad Española.

Han sido años y años de lucha por parte de los asturianos, y del resto de la península, para poder mejorar de una vez por todas la infraestructura ferroviaria que conecta Asturias con el resto de España. Unos años llenos de falsas promesas donde la variante de Pajares ha sido, en muchas ocasiones, utilizada como un reclamo electoral. Desde ayer, Asturias ha entrado en una nueva era de la movilidad, y la variante como la conocíamos hasta ahora ya es historia.

No obstante, esta obra “faraónica” de casi 50 kilómetros de longitud, que ha tardado más de veinte años en materializarse, reivindica el derecho de una autonomía a unas infraestructuras ferroviarias dignas de nuestro tiempo y de las exigencias actuales, que han costado más de 4.000 millones de euros. Pero a algunos políticos se les está haciendo la boca agua presumiendo de este hito al que todavía le faltan algunas partes por pulir.

Se está “presumiendo” con la palabra AVE que todo el recorrido que se realiza desde Asturias hasta Madrid es por alta velocidad, y no es así. Todavía queda mucho trabajo por hacer dentro del Principado, como llevar el AVE hasta Avilés, por ejemplo, hecho que han prometido los socialistas que estará listo en el primer trimestre de 2024 tras la incorporación de nuevos trenes, o la mejora paulatina en los tiempos de trayecto. Aunque ya se sabe que todo lo que prometen desde la izquierda se acaba haciendo bola.