5 palancas para mejorar la confianza laboral #infografía

Andrés Macario. Casi el 50% de los empleados confía plenamente en su empresa, jefes directos y compañeros de trabajo. Cifra que aumenta en función del grupo generacional, siendo los baby boomers (entre 51 y 68 años) los que más confianza muestran hacia su entorno laboral.

Así se desprende del estudio “Global Generations” de EY, en el que se encuesta a más de nueve mil empleados procedentes de países de todo el mundo. El análisis muestra cuáles son los factores que más valoran los trabajadores y que más impactan en la confianza en su entorno laboral. ¿Qué aumenta la fidelidad? ¿Qué produce la insatisfacción?¿Cuáles son los elementos que más valoran los empleados de sus compañías?

El estudio se centra en tres ámbitos de relación del día a día del trabajador: la empresa, el jefe directo y los compañeros de trabajo, cada uno de ellos con su propia idiosincrasia. Por ejemplo, un trabajador puede estar muy contento con su empresa por motivos como la retribución o los beneficios sociales, pero tener un compañero que no quiere trabajar en equipo, factor que le desestabiliza. Por lo tanto, el estudio ofrece una visión en conjunto de las palancas más eficaces para aumentar la confianza laboral:

Aspectos clave en confianza laboral

Los tres aspectos que más valoran los empleados son: la retribución económica, una comunicación transparente por parte del jefe y el desempeño del trabajo por parte de los compañeros. En este sentido, «los aspectos principales que determinan la confianza de los trabajadores en las empresas son el nivel de cumplimiento de las promesas (66%), la seguridad laboral (64%) y la retribución justa y democrática (63%)».

Si vamos al detalle, los principales aspectos que la empresa tiene que mejorar para tener a unos trabajadores satisfechos son: el salario (53% de los encuestados). A continuación, aparece la igualdad de oportunidades; y en tercera posición «el liderazgo». En lo que respecta al jefe directo, los empleados creen que tiene que mejorar en «la comunicación e incrementar el reconocimiento de un trabajo bien hecho». En cuanto a los compañeros, los encuestados afirman que «la calidad del trabajo, la escasa colaboración y la comunicación poco transparente» son los factores que más afectan a su confianza.

La falta de confianza, según el estudio, conduce a un gran número de empleados a buscar otro trabajo, esforzarse lo mínimo y ser menos productivo. Si las empresas desean evitar la fuga de talento, tienen una serie de áreas de mejora donde invertir sus esfuerzos. Llega la revolución del talento y una adecuada adaptación de las competencias profesionales requiere de un ambiente de seguridad y confianza en el trabajo. Las advertencias sobre la disminución de la fuerza laboral, principalmente en Europa, debido al envejecimiento de la población son constantes. Informes gubernamentales y de entidades privadas coinciden en lo mismo: a medida que pasen los años será más complicado atraer y retener talento en las empresas.

Los trabajadores del futuro, la llamada Generación Z, tienen sus ideas muy claras al respecto, ¿qué tiene que ofrecerles un empleador para aceptar el trabajo? Para este segmento, un buen empleador deberá ofrecer «la posibilidad de aprender y desarrollar su carrera, igualdad de oportunidades de salario y promoción» y para finalizar, un salario adecuado y beneficios sociales.

Nos enfrentaremos, en un breve plazo de tiempo, a un déficit de talento y a un cambio de prioridades de los trabajadores. Será necesario desarrollar políticas dirigidas a retener al empleado basadas en la felicidad, el salario y el reconocimiento en su puesto de trabajo. Según un artículo de People Matters, un empleado feliz es un 31% más productivo que uno que no lo es. La cifra es tan obvia que las empresas no tendrían que pensar al respecto.

Lo que podría parecer una utopía es una realidad en muchas empresas donde “la búsqueda de la felicidad” y el bienestar de sus trabajadores es su leitmotiv. Este giro radical, una apuesta estratégica por la competitividad y la supervivencia de las compañías, redundará en un incremento de la fidelidad, una mejora del clima laboral y por supuesto, de la productividad de los trabajadores y la empresa.